viernes, 12 de agosto de 2011

Día 14: De Umea a Trondheim.


Que bien he dormido hoy, vamos que he dormido como un niño. La verdad es que estaba reventado y creo que hasta he roncado, Sigo con picores desde la intoxicación pero estos dos dias la verdad es que me han machacado y estoy recuperando poco a poco. El hotel de Umea es un hotel moderno y a mi la verdad es que me ha encantado. Las botas no has secado muy bien así que he metido el secador dentro de la bota, con lo que he conseguido cargarme el secador, uff que peste a quemado había en la habitación.
Después de la ducha y como ya estaba todo guardado pues nada al desayuno buffet, la verdad es que estos hoteles tienen el desayuno espectacular, la verdad es que me he puesto bien. Después del desayuno me he pasado a recoger la moto que estaba en el parking cerrado del hotel. La verdad es que no me he dado ni una vuelta por Umea pero es que hoy tenía que ir a Throndeim y la verdad es que eran bastantes kilómetros y me lo quería tomar con calma. Lo que hemos visto de Suecia me ha gustado un montón, todo muy limpio y ordenado.
Nada más ponerme en marcha veo el cartel que indica la dirección a Moi Rana y durante 50 kilómetros voy por una carretera espectacular, la verdad es que no había mucho tráfico y la verdad es que se agradece.
A los 50 Km el GPS me indica a la derecha dejando a la izquierda la carretera que lleva a Moi Rana y Estocolmo. Durante 180 Km lo único que veo son lagos y bosques con muchos caminos forestales que salen por la carretera y de los que se me van los ojos pero creo que no me van a dejar explorar.
De repente veo un río y una zona de descanso y me paro a disfrutar del paisaje. Al incorporarme de nuevo a la carretera me encuentro unas obras y ¡qué obras! un montón de polvo y piedras sueltas que hacen que la moto con tanto peso sea ingobernable y esa será la tónica durante los siguientes 10 KM.
Lo que más me ha gustado de esa carretera situada en medio de la nada es que no tenía ningún radar y eso en Suecia es mucho, 150 KM sin ver ni un `pueblo, ni una gasolinera ni nada de nada, solo algún coche y alguna autocaravana. A los 140 KM encuentro un cartel en el que pone el nombre de un pueblo, ese pueblo se llama Dorotea y es que Dorotea era el nombre de mi bisabuela. No tuve la suerte de conocerla, pero mi madre y mis abuelos siempre me dijeron de ella que era una mujer excepcional. El recuerdo de mi bisabuela hace que también me venga a la cabeza mi abuelo Celso. Durante muchos KM voy conduciendo en silencio mientras me caen las lágrimas dentro del casco. Y es que mi abuelo era una persona maravillosa y no hay día que no piense en él y en lo mucho que disfrutaría leyendo mis viajes, pero bueno sé que desde allí arriba me está viendo y me acompaña a todos los sitios.



Finalmente llego a Dorotea, y algo me dice que tengo que pararme, observo el pueblo, ni un ruido, nadie por la calle pero se llama Dorotea y la curiosidad me ha hecho que pase por él y además me ha servido para recordar lo antes mencionado. Compro dos postales de recuerdo pues no creo que vuelva por esa zona.
Ese desvío me hace dar un rodeo de 15 KM, pero ha merecido la pena, he sentido una gran paz interior.
Después cojo otro desvío que me lleva a 130 Km por los espectaculares paisajes de la zona rural sueca.
Esta zona por la que circulo ahora tiene algo más de fluidez de coches que la anterior zona en la que me llegué a sentir en medio de la nada.
La carretera me llevará al bonito pueblo de Stormsund y es que este pueblo tiene nombre de canción de "Europe". No sé que día era hoy en Suecia, porque la gente estaba comiendo muy animadamente en la calle y se respiraba ambiente festivo.



He pasado por el pueblo de puntillas pues aún quedaban bastantes Kms para Trondheim.
A la salida del pueblo hay una carretera que me llevará a Ostersund y cojo esa carretera, sigue sin haber radares y eso me permite como antes que en las largas rectas pueda alcanzar los 100Km horas y es que el límite en ese tipo de carreteras es de 90. La verdad es que llevamos un ritmo espectacular, vamos muy bien. Hemos repostado y voy genial en la moto, hasta que un pájaro negro al que he bautizado como "el pájaro loco", no sé que puñetero pájaro era, era como una gaviota, era grande, se abalanza en contra mano contra nosotros. El pájaro loco es un suicida y al igual que los demás animales suicidas que he encontrado en Escandinavia su único planes que me vuelva a casa en avión. El pájaro se abalanza contra nosotros no alza el vuelo y nos golpea violentamente. Yo al verlo giro la cabeza para que no me de en el casco y el impacto se lo lleva el espejo retrovisor, mi hombro y el protector del líquido del freno.




El golpe hace que tengamos que pararnos a enderezar el espejo retrovisor, el susto ha sido monumental y durante muchos Kms no hago más que acordarme del pájaro. He llegado a la conclusión d3e que si vuelvo a Escandinavia en moto le instalaré un arma a la moto y es que esto es la guerra.
Al llegar a Ostersund veo el primer cartel en la carretera que me indica Trondheim, Bueno, 300 km que nos quedan, así que nada a disfrudar del paisaje.
Vanessa se entretiene haciendo fotos mientras yo conduzco y así será durante todo el día.
A unos 20 Km de la frontera Noruega llegamos al pueblo sueco de Are, pueblo famoso por sus pistas de esquí y es que el pueblo con sus montañas alrededor es espectacular, pero bueno como queremos llegar a Trondheim lo más temprano posible reanudamos la marcha.
La entrada a Noruega nos enseña un paisaje completamente distinto al de Suecia y vamos disfrutando de él los 60 KMs que nos quedan para llegar a Trondheim.
Llegamos al hotel de la cadena Best Wester y nos disponemos a descansar pues mañana es un día de grandes emociones.
Para mí el segundo día más importante del viaje, cómo no, después de la llegada a Cabo Norte.
Fernando Fernández.
"Cántabro"

1 comentario:

  1. Ese pájaro si es del tamaño de una gaviota y negro, seguro es un cuervo.

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