Día 16: De Hornindal a Oslo

La verdad que la noche ha sido larga, teníamos en la habitación una mosca que hacía más ruido que una harley, aún así he dormido bien. Nada más levantarnos nos vestimos y cargo la moto, voy a la casa del hombre a darle la llave y a pagarle, he tenido que pagarle en coronas, la verdad es que el sitio era una mierda. Pongo en el GPS dirección Oslo y para allí que vamos. El maldito GPS me lleva por el mismo sitio por el que llegué ayer. Tengo que llenar la moto así que encuentro una gasolinera. La gasolina está a 1,80 y llenar la moto, con dos cafés y dos dulces es más de 60 euros, no me extraña que estos tíos no quieran los euros. Repostamos y continuamos camino. Cuando llevábamos 10 Kms de subida es GPS me manda por la carretera 185, así que para allí vamos.

La carretera 185 no tiene asfalto de alquitrán y no caben dos coches. Los quitamiedos son pedazos de piedra, estoy alucinando ¡dónde me he metido. Es como si a los puertos de Riofrío, que pertenecen a Ledantes (Valle de Liébana), les hiciesen una carretera por mitad, el paisaje era increiiiiible, nunca había conducido por un sitio igual. Durante kms en los que no podía ir a más de 30, no hemos visto a nadie y nos sentíamos solos en el fin del mundo. El cielo amenazaba una espectacular tormenta, nos hemos parado ha hacernos las fotos de rigor, pues no sabemos si volveremos.
Después de unas 15 kms nos hemos cruzado con dos motos que estaban flipando tanto como nosotros. La carretera tenía un montón de gravilla suelta y eso me ha hecho que conducir sea más dificil.
Esa carretera a tantos metros de altura y en mitad de la nada está grabada en mi cabeza, me gustaría volver, pues la verdad es que la igual que ayer estoy disfrutando.
Tras unas hora de camino llegamos a la carretera principal no sin ates de hacernos unas fotos en un fiordo pequeño, pero no por ser pequeño no era precioso. Son las 11 de la mañana y aún nos queda bastante para Oslo, de los 20 grados que había cuando salimos sólo quedan 11, pero el aire helado hace que la sensación sea más baja todavía.
Bajamos dirección Lom unos 50 kms por pleno parque natural, con unos ríos espectaculares, la verdad aquí todo es muy bonito.

Cuando mejor ritmo llevaba el GPS me indica que me tengo que desviar para poder coger la carretera comarcal 15 y que tengo que coger durante 200 kms, estoy extrañado, me parece muy raro que esta sea la carretera que me lleve a Oslo, pero bueno, le hago caso al aparatito y para allí vamos, la verdad es que cada paisaje mejora el anterior y este camino ha sido la leche.
Bueno, los primeros 100 kms, hasta que ha empezado a caer aguanieve. Nos hemos parado a ponernos los trajes y hemos decidido guardar las cámaras de vídeo y de fotos.
Al continuar la marcha nos encontramos con una niebla y un frío increíble, estamos en un puerto de montaña en el que no hay nada a nuestro alrededor. El aguanieve cada vez es más fuerte y la temperatura baja hasta los 4 grados, además hace un aire de la leche, así que bajamos un poquito el ritmo y nos lo tomamos con más tranquilidad, la verdad es que estoy encantado.
Durante 20 Kms bajamos con una niebla cerrada hasta que llegamos a un pueblo guapísimo y que además tiene supermercado. Parada para comprar y continuar el viaje, pero antes de salir veo un camión gigantesco y como a mí me gusta todo lo que tiene ruedas, pues nada a hacerme una fotito.
La bajada desde el pueblo es bastante peligrosa y además llueve un montón.
Voy un poquito cagado pues los neumáticos empiezan a notar los kms y el peso. Durante las tres siguientes horas lo único que hago es conducir pues estoy deseando llegar a Oslo y si es posble dar una vuelta. Hasta que a 42 Kms de Oslo me encuentro la operación salida de las vacaciones de los noruegos, ¡qué mala suerte joder!. Tardo 2 horas en llegar a Oslo, cuando por fin llego la dirección no era la correcta y me pego 20 minutos dando vueltas por la autopista. Finalmente consigo llegar al hotel, es un hotel muy guapo de cuatro estrellas, muy moderno y que después de lo de la noche anterior me vendrá muy bien para descansar. Además tiene desayuno buffet, je je je y mañana Estocolmo, que esto no para, por cierto aprovecho para saludar a mis tíos Ángel y Mercedes y a mi suegra que mañana se van de vacaciones.
Fernando Fernández.
Cántabro